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viernes, 26 de septiembre de 2014

Ángel Ganivet

 
   
Ángel Ganivet
José Ruiz de Almodóvar.Retrato de Angel Ganivet.1.jpg
Retrato de Ángel Ganivet
(pintado por José Ruiz de Almodóvar).
Nacimiento13 de diciembre de 1865
Granada (España)
Defunción29 de noviembre de 1898 (32 años)
Riga (Letonia, entonces perteneciente al Imperio Ruso)
NacionalidadFlag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg Española
Ocupaciónescritor y diplomático
Movimientosprecursor simbólico de la Generación del 98
Ángel Ganivet García (Granada, 13 de diciembre de 1865 - Riga (Letonia), 29 de noviembre de 1898), escritor y diplomático español.
Se le considera, por su incertidumbre vital y por su angustia espiritual, precursor simbólico de la Generación del 98, proyectando su lucha interior en su visión de España en su obra Idearium español, donde interpreta a España como Virgen dolorosa rodeada de la cultura positivista y escéptica del siglo XIX; según él, la crisis de fin de siglo de este país habría sido causada por un problema axiológico fundamental: el de la abulia.


Reseña biográfica.

Nacido en una familia de clase media, su padre murió cuando él tenía nueve años. A la edad de diez años, una fractura le lleva a punto de perder una pierna; poniendo en riesgo su vida, se niega a la amputación y, tras años de rehabilitación, consigue no quedarse cojo.
Con retraso por esa convalecencia, inicia sus estudios cursando entre 1880 y 1890 el bachillerato y las carreras de Derecho y Filosofía y Letras, consiguiendo siempre notas de sobresaliente.
En 1888 empieza el doctorado en Madrid; se doctora, con sobresaliente y premio extraordinario, con La importancia de la lengua sánscrita, tras no serle aceptada otra tesis titulada España filosófica contemporánea.
Se presenta a las oposiciones al Cuerpo de Archivos, Bibliotecas y Museos, que gana, y es destinado a la biblioteca del Ministerio de Fomento en Madrid, España.
Se integra poco a poco en el mundo literario madrileño, asistiendo al Ateneo y a diversas tertulias literarias. Inicia una relación de amistad con Miguel de Unamuno en 1891, cuando estudian juntos para las oposiciones a cátedra de griego (que Unamuno conseguiría por Salamanca y Ganivet perdería por Granada).
En 1892 conoce a Amelia Roldán Llanos, de la que se enamora aunque no terminan casándose por razones desconocidas. De su relación, nacen dos hijos, Natalia que muere al poco de nacer y Ángel Tristán.
En mayo de ese mismo año, Ganivet gana con el número uno unas oposiciones al cuerpo consular y es nombrado vicecónsul en Amberes, tomando posesión en julio; pasará cuatro años en la ciudad belga. Durante ese tiempo, se desarrolla intelectualmente: lee, aprende idiomas, aprende a tocar el piano y empieza a escribir. Por otro lado, su relación con Amelia se deteriora.
En 1895 es ascendido a cónsul y destinado a Helsingfors (actual Helsinki). En los algo más de dos años que pasa en Finlandia produce la mayor parte de su obra literaria. Su estancia termina cuando el cuerpo diplomático suprime el consulado por escasa actividad comercial.
Toma posesión del consulado de Riga en 1898. Allí, fruto de una crisis espiritual, sin su mujer, solo, tras las pérdidas de las últimas colonias de España y entristecido por la grave situación de su nación, cae en una profunda depresión que lo llevará a suicidarse tirándose al Río Dvina de Riga desde un barco (tras haber sido salvado en una primera intentona).

Pensamiento.

Su fama la debe sobre todo a su Idearium español, un libro que, a pesar de su poca extensión, ocupa un puesto destacado en el pensamiento español moderno. La Enciclopedia Larousse lo califica como "obra capital de una gran profundidad filosófica".
En el mismo momento en que España está al borde de la agonía y asiste a la derrota del desastre del 98, Ganivet se atreve a reivindicar su cultura y su manera de ser. Vuelve la mirada hacia atrás y arremete contra todo lo que cree que ha desviado de lo que cree que España hubiera podido ser: una Grecia cristiana. Rechaza el estoicismo o senequismo de la tradición española, que ha causado el gran defecto esencial de España, la abulia, y propone un cambio axiológico fundado en la voluntad, las ideas y la acción.
La cosmovisión ganivetiana es radicalmente espiritual. La misma espiritualidad subyace en su visión de España. De ahí que lamente el giro expansionista de los primeros Austrias. "Apenas constituida en Nación, nuestro espíritu se sale del cauce que le estaba marcado y se derrama por todo el mundo en busca de glorias externas y vanas, quedando la Nación convertida en un cuartel de reserva, en un hospital de inválidos, en un semillero de mendigos". Alma irónica, rechaza la violencia como instrumento emancipatorio y siente una actitud de respeto hacia las clases humildes; de ahí que afirme que "Las inteligencias más humildes comprenden las ideas más elevadas".[1] Sin embargo, el espiritualismo de Ganivet no significa la creencia en Dios, tanto así que en su Epistolario con Francisco Navarro Ledesma habla de la religión como un comodín que se toma y se deja, se declara no católico y predice pronto la extinción total de la fe cristiana. Su espiritualismo es más bien la "religión de las ideas". Tal como lo declara Max Stirner en 1844 en la primera parte de su libro El único y su propiedad. Ganivet es un convencido de que quien cambia a las ideas cambia al hombre. Lo importante para él es el espíritu, vivir para el pensamiento y educar a los demás. En suma, se trata de un espiritualismo antropocéntrico, su fe está en el hombre. Ganivet se ha desprendido del cristianismo pero no de la moral. Pero predica un cambio axiológico: su moral no es burguesa (matrimonio, familia, riqueza, orden) sino es la moral de los ideales, de los valores, de la voluntad. Sirve a las ideas con ascetismo y sacrificio. Ha llegado a un concepto tan puro de las cosas que ninguna realidad le satisface (religión, patria, hombre, amor y amistad). Este espiritualista amputado de Dios, creyente en un espíritu que no encuentra donde alojar, odia la materia, el cuerpo y el mundo. Su nihilismo lo consume en cuerpo y alma. Inconsolable se entrega al suicidio. Vivió como pensó, en unidad de vida y obra.

Obras.

  • España filosófica contemporánea (1889); ensayo.
  • La conquista del reino Maya por el último conquistador Pío Cid (1896); novela.
  • Granada la bella (1896); prosa.
  • Cartas finlandesas (1896); prosa.
  • Los trabajos del infatigable creador Pío Cid (1898); novela.
  • Hombres del norte (1898); ensayo.
  • El escultor de su alma (1898); teatro.
  • Idearium español (1898); ensayo.
  • Porvenir de España (1898); ensayo.

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